Los concentradores de oxígeno portátiles funcionan según el mismo principio que los concentradores estacionarios. Utilizan un compresor de aire miniaturizado para presurizar el aire circundante y pasarlo a través de pequeños tamices moleculares. Estos tamices tienen la capacidad de atrapar nitrógeno, que constituye aproximadamente el 78% del aire. Una vez que se elimina el nitrógeno, el gas restante es principalmente oxígeno, que se puede administrar al paciente a través de una cánula o máscara. Luego, el nitrógeno atrapado se libera nuevamente al medio ambiente.
La tecnología empleada en este proceso se llama adsorción por cambio de presión (PSA). Separa diferentes especies de gases de una mezcla presurizada en función de sus características moleculares y afinidad por un material adsorbente. A diferencia de las técnicas de destilación criogénica, el PSA opera a temperaturas cercanas a la ambiental. Se utilizan materiales adsorbentes específicos, como zeolitas, carbón activado o tamices moleculares, para adsorber selectivamente las especies de gas objetivo a alta presión. Luego, el proceso cambia a baja presión para desorber el material adsorbido.
Nuestro concentrador de oxígeno portátil es un dispositivo que funciona con baterías que proporciona oxígeno suplementario a personas que requieren concentraciones de oxígeno más altas que las disponibles en el aire ambiente. Extrae oxígeno del entorno inmediato, eliminando la necesidad de recipientes o tanques de oxígeno recargables, lo que simplifica el mantenimiento y la conservación.